lunes, 21 de julio de 2008

Edgar Allan Poe o el arte de copiarse a uno mismo

La literatura de terror psicológico no sería lo mismo sin Poe. Mejor o peor, eso ya no lo sé; pero sin duda diferente. Dicen que es el padre del relato corto, pero eso lo afirman los yanquis, para quienes la literatura comenzó con Shakespeare, murió con Shakespeare y volvió a nacer en 1776 en la costa Oeste del Atlántico Norte para no abandonar ya nunca esas tierras. Si Poe es el padre del relato corto, entonces Cervantes es el de la novela, como no paramos de recordar los españoles (éste es otro tema que quizá trate en el futuro). Para quienes desconocen la biografía de Poe, les diré los dos datos básicos: nació en Boston en 1809 y la palmó tirado como un perro en las calles de Baltimore en 1849 (de delirium tremens, cólera, sífilis, epilepsia, meningitis... ¿Quién sabe?). En su obra, cómo no, destacan sus relatos de miedo. ¿Quién no ha leído o escuchado hablar de 'El pozo y el péndulo', 'El corazón delator' o 'El gato negro'? Pues bien, yo defiendo la teoría de que Poe se reía del "dark romanticism" en el que siempre le han catalogado junto a Hawthorne o Melville. Lo argumento: su primer cuento publicado, 'Metzengerstein', fue un intento de satirizar la ficción gótica (un joven noble alemán provoca un incendio que acaba con el patriarca de una familia rival y se queda prendado de un caballo salvaje que acabará por arrastrarle a las llamas de su propia mansión) recurriendo a los topicazos. Y Poe era un vago. Si había escrito algo que había gustado, lo repetía. Si cambiamos el gato negro de 'El gato negro' por un corazón, nos encontraremos con 'El corazón delator', con la única diferencia de estar tras una pared en lugar de bajo el suelo. Si algo funciona, ¿para qué cambiarlo? Y si a ti, en origen, te resultaba risible un género, has escrito algo de ese estilo y te has dado cuenta de que, por fin, te lo han publicado, ¿por qué no seguir escribiendo sobre oscuridades, angustias terribles como ser enterrado vivo y torturas como la de 'El pozo y el péndulo'? Así, 'El tonel de amontillado' vuelve a hacer hincapié en el emparedamiento, por ejemplo. Y su detective Dupin, de 'Los crímenes de la calle Morgue' es una copia de Vidocq (y luego Conan Doyle se copió de Dupin para crear a Sherlock Holmes; y ahora se han copiado de Holmes para crear al doctor House... Esto es una cadena sin fin). En fin, que Poe se autocopiaba, se repetía más que el TBO y estaría partiéndose de risa en su tumba sino le diese tanto miedo despertar después de ser enterrado.

1 comentario:

Raquel dijo...

Pues para criticarlo tanto, parece que lo has leído mucho. Aunque, pensándolo bien... quizás por eso puedes criticarlo... Que conste que a mí no me importaría tener el talento de Poe.
Un saludo