viernes, 20 de noviembre de 2009

El auténtico hombre lobo


Shaun Ellis es un investigador de la vida silvestre. Se especializa en lobos y, un buen día, tras escuchar que la tribu india de los Nez Percé (del francés "nariz agujereada") logra "comunicarse" con los animales salvajes, se marcha a los bosques de Idaho con una idea: convivir con los lobos hasta convertirse en el intérprete que comunique su mundo con el de los humanos.
Shaun sabe que no puede incorporarse a una manada hasta que alguno de sus miembros haya muerto, de modo que se dedica a vivir en los límites del territorio de una jauría, como un lobo solitario, durante varios meses. Una noche escucha tristes aullidos: un miembro de la manada ha fallecido al fin. Decide aprovechar el momento y se interna en el territorio del clan de lobos que, como sabe, están buscando un nuevo miembro para mantener su número de miembros, como si de la Real Academia de la Lengua se tratase. Aguanta unos cuantos mordiscos de presentación tras las rodillas: si corre o lucha, no lo aceptarán. Por suerte para él, el lobo fenecido era un miembro de poca importancia, lo que le facilita la integración al no interferir en la jerarquía. Hay un lobo Alfa (el más inteligente, al que los demás deben proteger), un lobo Beta (el más fuerte), un Difusor (que ayuda a aliviar las tensiones entre los miembros de la manada), un Cuidador (que se encarga de vigilar a las crías)... Le toca el puesto de Cuidador.


Al principio, tiene que comer de la misma carne regurgitada que le traen los lobos adultos para alimentar a las crías. Más tarde, comparte con ellos la carne fresca de los ciervos recién abatidos, arrancándola del cadáver con su boca, como todos los demás. Arrodillado junto al ciervo, tiene 20 cm de espacio para morder, con sendos lobos a los lados soltando dentelladas a su vez. En cada ocasión que invade la zona de ciervo de otro lobo, éste le muerde en la cara como advertencia. A veces se desmaya por los mordiscos.


Aprende a aullar. Aprende también, enseñado por el lobo Alfa, a colocar objetos en los cercados electrificados para que éstos se cortocircuiten y así poder cruzarlos para atacar al ganado.
Y pasan dos años y medio.
Un día, ve su reflejo en el agua, no se reconoce y decide volver a la civilización. Pero no se adapta: sus relaciones sociales fracasan, su novia lo abandona... Decide regresar a su trabajo, a convivir con los lobos, una vida que considera mucho más sencilla y satisfactoria que la humana. ¿Está loco o es un iluminado? ¿Es una sabia decisión renunciar a la propia naturaleza? ¿Dejar de ser humano para convertirse en lobo? ¿Qué haríais vosotros en su lugar?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi me parece un tio muy autentico y especial.Yo siempre he sentido que la vida diaria como nosotros la conocemos:estudiar,trabajar,casarse,tener hijos,no es suficiente,¿que aprendemos conj eso?.La verdad que hay que tener valor para atreverse a hacer lo que nadie se atreve y a muchos nos encantaria.Espero que sea muy feliz,pero nacido y haviendo vivido ya en sociedad llegaran momentos que se sentira solo y triste necesitara ver y hablar con los de su especie pienso.

Anónimo dijo...

malditos seres inhumanos

Anónimo dijo...

Maldito seas tu, que te crees humano

Anónimo dijo...

Para mi es una historia increible,creo que ha sido muy afortunado por tener el privilegio de vivir con esos animales tan maravillosos.
Un saludo